10 anécdotas de Tony Leblanc

1936, estalla la guerra civil; Tony trabaja de dependiente en una joyería sita en calle del Carmen Nº3 (Madrid), y también bailando en algunos cines. Deja el trabajo de la joyería, y se emplea como ciclista en los canales Lozoya, llevando a los periódicos los partes del agua que emitía el Canal. Un día le mandaron a Torrejón de Ardoz a recoger de mano del general Miaja unos documentos para entregar al coronel Casado en el Ministerio de la Guerra.

En 1943 le llaman para hacer la mili, la cual duraba dos años y medio, y es destinado al regimiento Inmemorial Nº1. Cuando llega, junto a los demás jóvenes, un Cabo Primero les pregunta el nombre y la profesión. Tony dice que es artista, concretamente bailarín de claqué. Finalizan, y les dejan ir, pero el Cabo Primero le dice a Tony, que él se quede para limpiar los retretes. Tony se niega y el Cabo le amenaza con romperle la boca. Tony le contesta que todavía es paisano, porque no ha jurado bandera, y el Cabo puede tener problemas. El Cabo no olvidó el incidente.

Durante la instrucción tenían que hacer una marcha desde su cuartel hasta Colmenar Viejo (30km) y volver. El Cabo furriel le entrega unas bostas del número 39, cuando Tony usa el número 43. Intenta cambiarlas, pero no le hacen caso. Al llegar al Pardo se tumba en el suelo, tenía los pies encharcados en sangre. Le trasladan en un carro hasta Colmenar Viejo donde es tratado por el médico.

Después de Jurar Bandera, se celebra un Festival de Boxeo, unos de los combates en de Tony contra el Cabo furriel, el que le entregó las botas pequeñas. El Cabo creía que iba a ganar al bailarín de Tony, pero no sabía que Tony también había sido boxeador. En el segundo asalto, Tony, le dio un puñetazo en el hígado y otro en el mentón y le dejó K.O. técnico. Despertaron al cabo con un cubo de agua, y Tony le dijo ¡Yo calzo un 43! No volvió a tener problemas con el Cabo.

Durante la mili, en Nochebuena, realiza su primera guardia, le corresponde la entrada principal. Desde su garita oye a un grupo de jóvenes cantando un villancico. Abandona la garita, coge el metro y se va a casa de sus padres. En el vagón viajaba poca gente, pero todos le miraban porque vestía el casco, las cartucheras, el fusil con la bayoneta calada. Al llegar a casa de sus padres que estaba en el Museo del Prado, su madre se puso muy alegre, pero su padre al verle le dijo que regresara a la garita, que abandonar el servicio tiene un castigo muy grave. Tony comprendió que su padre tenía razón y regreso al cuartel. Al llegar se encuentra al cabo de guardia con otro soldado.

- ¿De dónde viene? He pasado dos veces para hacer el relevo y no estaba.

- Mi Cabo, tengo una indigestión y he al campo de ahí atrás a hacer las necesidades.

En Cabo no debió creerle, pero hizo la vista gorda para no buscarle la ruina.

Durante la mili, presentó una instancia al Ministerio de la Guerra para conseguir que le trasladaran allí. A los dos meses le aceptan y le dicen que su puesto será de mecanógrafo. Una vez en el Ministerio, se apunta a su equipo de fútbol y le aceptan como portero. Pasado más de un mes le comunican que el equipo está suspendido, y regresa al Ministerio para saber que puesto debe ocupar, pero no le saben decir los allí presentes. Tony se va, durante los dos años que le quedan de mili, y nadie nota su ausencia. Llega el año 45, y su quinta es licenciada. Le comenta el problema a su padre, hace dos años que no pisa por su destino. El padre le aconseja ir a recoger los papeles de su licenciamiento. Tony se presenta, pero no aparecen sus papeles, y le mandan al despacho del Coronel Zamalloa.

- ¡Usted es un desertor!.

- Por favor, mi coronel, le ruego llame a mi padrino, el general Millán Astray. (Millán Astray tenía mucha amistad con el padre de Tony, de las muchas veces que visitaba el Museo del Prado).

Le ordenan presentarse en la casa de Millán Astray, y una vez allí le cuenta el problema. Millán llama a Zamalloa, y este da orden de que le entreguen la cartilla de licenciamiento a Tony. Siempre ha pensado que Millán no pidió a Zamalloa que le perdonase, sino que le demostró que sus subordinados habían sido los culpables de la situación.

El 18 de agosto de 1947, estando rodando el Cádiz la película Alhucemas, sufrió la explosión posiblemente más grande ocurrida en España (explosión de un polvorín de la Armada). El fogonazo pudo verse desde Ceuta, y el ruido de la explosión se escuchó hasta en Sevilla Estaban sentados los actores con el comandante Cano, asesor militar. De repente oyeron un estallido, las bombillas se apagaron. Medía ciudad estaba ardiendo. Colaboró con los actores Bódalo y Julio Peña metiendo muertos en los camiones, y llevando al Hotel Atlántico a los heridos.

A las dos semanas de debutar como primer actor cómico en la obra “La maravilla errante”, tiene dolores en el bajo vientre y fiebre. Le tienen que operar de apendicitis, le ponen dos inyecciones de anestesia, pero no le hacen efecto. Deciden ponerle la mascarilla con cloroformo, pero Tony se niega, porque había escuchado a su madre que el cloroformo te hace perder el conocimiento con sensación de ahogo. Le ataron las piernas, pero no se dejaba atar las manos. Prometió aguantar si le daban un cigarro. Y aguanto la operación y los puntos a pesar de los dolores. A los diez días ya estaba de vuelta en el escenario.

Los 18 de julio Franco celebraba un Festival en el Palacio de la Granja (Segovia). El año que nació su hijo Nacho, le pidieron que actuara. Acabó actuando en cinco Festivales. Por esos festivales pasaron Lola Flores, Juanita Reina, Marisol, Carmen Sevilla, Concha Velasco, …

Al acabar el festival, Franco y su esposa Carmen, recibían a los artistas, y les agradecían su actuación. Y se sacaban una foto todos juntos. Los artistas se abalanzaban sobre ellos con vivas, gritos y risas, dándoles grandes meneos. El uniforme del general quedaba totalmente arrugado y algunas veces roto de los achuchones.

En 1960, rodando la película “Don Lucio y el hermano Pio”, había una escena en la que el actor Pepe Isbert (hermano Pio) tenía que coger una botella y golpear la cabeza a Tony (Don Lucio). Habían puesto dos botellas falsas y una real. Por dos veces Isbert se equivocó y golpeó a Tony, en la cabeza con una botella real. El director decidió cambiar la escena, y la tercera vez rodó solo una persecución.

Sin dejar de actuar, Tony se saca la licencia de promotor de primera categoría de boxeo. Un día su amigo Paulino Uzcundun, le presenta a dos americanos. Eran el director comercial de Cassius Clay (Mohamed Ali) y el preparador físico. Le ofrecieron una pelea entre Cassius Clay y Urtáin, en el estadio Santiago Bernabéu, donde ganaría Urtáin al campeón mundial de pesos pesados. La revancha se celebraría en el Madison Square Garden de New York, donde Cassius Clay recuperaría el campeonato mundial de los pesos pesados. Tony no aceptó.

1972, un día que no quedaban billetes para representación, le informan a Tony, que han pedido un palco para la función de noche a nombre de Cantinflas (Mario Moreno). Podía ser una broma, pero también era verdad que Cantinflas se encontraba en España rodando la película “Don Quijote cabalga de nuevo”. Tony da orden a las taquilleras que reserven el palco que le que correspondía a Tony por la empresa artística. Al final del primer acto, se encontraba Tony con su hijo Nacho en el camerino, cuando llaman a la puerta, y al abrir era Cantinflas. El descanso se alargó de 15 minutos a una hora. El público silbaba y pateaba. Tony explico la situación y señalo el palco donde estaba Cantinflas. El público le hizo un recibimiento apoteósico.