Top 10 anécdotas de Rosa Díez

El padre (Heraclio) durante la guerra civil española, pertenece al ejército de la república, y fue apresado tras la batalla de Santander. Tras un consejo de guerra le condenan a pena de muerte. En 1939 le conmutan la pena de muerte por 30 años de reclusión mayor. En noviembre de 1942 sale en libertad condicional. Su mujer María, subió de rodillas las escaleras que partían de las Siete Calles de Bilbao hasta la basílica de la Virgen de Begoña, cumpliendo una promesa que se había hecho.

Rosa, nació en una habitación con derecho a cocina, que sus padres tenían alquilada en un pueblo cerca de Bilbao. Como nació en mayo, le pusieron el nombre de una flor (Rosa), junto con el nombre de su madre María.

Recuerda la ilusión que sentían, cuando su padre llegaba a casa, con la cesta de Navidad que daba la fábrica a los obreros. Era una caja de cartón que contenía una tableta de turrón duro, otra de turrón blando, una caja de glorías de mazapán, un paquete de café, una botella de sidra achampanada, una botella de anís, otra de coñac, una lata de aceitunas rellenas, un paquete de uvas pasas…y un pollo.

Siendo niña, los “Reyes Magos” la dejaron una muñeca de cartón lacado. Jugando, quiso bañar a la muñeca en el fregadero, y se le deshizo la cara. 

El hermano mayor, Ignacio, pudo estudiar la carrera de perito agrónomo en la Universidad Laboral de Sevilla. Cuando acabó los estudios, el Ministro de Trabajo había puesto en marcha un plan piloto, la Promoción Profesional Obrera, PPO. Cuyo objetivo era reconvertir a los trabajadores del sector primario en trabajadores de la industria y sector servicios. También dar formación permanente a la gente del campo para adaptarse a las nuevas tecnologías que se estaban implantando en el sector agrario.

El hermano se apuntó y le pidieron un certificado de buena conducta (una especie de documento de antecedentes penales que había de ser expedido por la Guardia Civil del pueblo). Su padre Heraclio, estaba angustiado, temiendo que su pasado en el bando republicano, impidiera al hijo tener esa oportunidad de trabajo. Fue con preocupación a la casa Cuartel de la Guardia Civil, y cuando regreso con los papeles en la mano dijo: “Los guardias civiles ni siquiera lo han dudado, no he tenido que explicar nada, solo pedirlo…Me lo han dado al momento. 

1968, los dos hermanos de Rosa fueron juntos a la mili (17 meses), pues el mayor tenía prorrogas por estudios. Les tocó el Sahara. El hermano mayor regresó con 40 días de permiso, al ganar su equipo en representación de una compañía del Batallón de Instrucción de Reclutas, un concurso contra 24 equipos, versión “Cesta y Puntos” de temas militares. Pasó las Navidades en casa.

La madre, mando al hermano pequeño (Carlos), que se había queda en “África”, un paquete con galletas hechas con la nata de la leche hervida, un chorizo de caserío, una tableta de turrón.

Al regresar de la mili, los hermanos le cuentan a Rosa las expediciones por el desierto, la convivencia con la tropa nativa, etc.

El hermano pequeño, estuvo en la Plana Mayor de Mando de la Agrupación de Tropas Nómadas de Smara. Durante los últimos 8 meses fue cocinero mayor del acuartelamiento.

En 1977, su hermano mayor y su mujer, recogieron a los padres de Rosa con su SEAT 127, para cruzar la frontera a Francia. Como no iban a hacer noche allí, no les hacía falta el pasaporte, solo el carnet de identidad. Cuando llegan a la frontera con Irún, descubren con horror que su madre se había dejado el carnet en casa. Y estaban allí compungidos, cuando del puesto fronterizo de al lado sale Amancio, un Guardia Civil vecino que estaba saludando a unos conocidos policías nacionales.

- ¿Qué hacéis aquí? ¿Qué pasa? 
Le contaron el problema.
- Nada hombre, esto vamos a arreglarlo.
Amancio fue a hablar con los guardias que custodiaban la frontera.
- Que son María y Heraclio, si son buena gente, que son de mi pueblo…
Pudieron pasar la frontera.

Rosa Diez es la madrina de la bandera del regimiento Garellano, acuartelado en Munguía (Vizcaya). Con la Constitución, se cambió el escudo de la bandera de España. Alcaldes y presidentes de Diputaciones Provinciales, comenzaron a hacer entrega de la nueva bandera a los acuartelamientos militares en su territorio. El 24 de junio de 1984, en una parada militar frente al Palacio de la Diputación, Rosa entregó al Regimiento Garellano la nueva bandera.

A Olaya, la hija de Rosa, siempre le euskaldunizaban el nombre en el colegio, se lo escribían con “i” latina. Y ella tenía por costumbre decir: “No, Olaya con y griega”. Un día llegó a casa y les dijo a sus padres: “Me han hecho una pintada como las de ama…”. En el muro de la fábrica de yute, que se veía desde casa y donde trabajó su abuela, habían pintado una diana con una inscripción en medio que decía: “Olaya, sociata”.

También le contó, que un día en el instituto, estaban hablando de lo que querían ser de mayores, y unos de sus compañeros dijo, que él iba hacerse de ETA para pegar un tiro a Rosa. El profesor y el resto de los chavales siguieron como si nada, solo uno de ellos cogió a Olaya por el hombro como bajo su protección.

En noviembre de 1997, su marido recogió del buzón de su casa, un paquete dirigido a ella. Lo empezó a abrir y escucho un “click” y un chisporroteo, momento en que se detuvo y lo saco a la calle. El paquete era un artefacto explosivo que había fallado.