10 extractos del libro 'El jefe de los espías' de Juan Fernández-Miranda
"Una investigación explosiva que desvelará la historia de España, desde el 23-F y la caída de la UCD hasta el felipismo y la consolidación de José María Aznar.
La fuente de este riguroso y minucioso trabajo de investigación periodística es el archivo personal de Emilio Alonso Manglano, director del CESID entre 1981 y 1995: sus agendas, sus cuadernos de notas y los informes de inteligencia que guardó: una investigación de varios años repleta de secretos y ocultismo sobre el contenido de más de 200 kilos de documentos que desentrañan la historia nunca contada de España.
Personajes como el Rey Juan Carlos, Adolfo Suárez, Mario Conde, Felipe González o Margarita Robles son algunos de los muchos protagonistas de este libro".
1. Extracto 1
Manglano asistió a distintas escenas curiosas vinculadas al terror etarra que no trascendieron a la opinión pública: un diputado de Herri Batasuna sorprendido fotografiando barcos de guerra, o, mucho más desagradable, el incidente en casa del vicealmirante Cristóbal Colón de Carvajal —del linaje principal del descubridor—, asesinado por ETA el 6 de febrero de 1986. Mientras daban el pésame a la viuda, unas señoras no identificadas llamaron «cobarde» al ministro de Defensa y al Gobierno en general.
2. Extracto 2
El 11 de febrero de 1985 el general jefe del CESID recibe una amenaza proveniente de Argel: un tal S. Hoffman apunta directamente al presidente del Gobierno. «Amenaza con publicar unas fotos de FG con Apala y otros terroristas de ETA, con Cubillo, y una película en la que FG visita un campo de entrenamiento de los terroristas vascos.»
El comandante Slimane Hoffman es un destacado militar argelino, miembro del ELN (Ejército de Liberación Nacional), que tuvo importantes cargos en su país, incluido el de consejero de la Presidencia.
El contexto sugiere que los argelinos, o Hoffman en particular, tienen algún desencuentro con el Gobierno de España y amenazan con publicar un material que pudo ser grabado cuando Felipe González militaba en la clandestinidad, aunque estos extremos no quedan aclarados en el archivo de Manglano. En cualquier caso, unas imágenes del ya presidente del Gobierno con terroristas de la banda terrorista ETA pueden ser demoledoras para él y para la estabilidad del Ejecutivo.
3. Extracto 3
Don Juan Carlos había pedido a Manglano que le buscara un piso para asuntos discretos. Seleccionan uno en Aravaca, muy cerca de la Zarzuela: «Le enseño el piso. Le parece bien, se lo preparamos». Estaría listo el 13 de julio, cuando, tras mostrárselo de nuevo y el rey dar su aprobación, Manglano le entrega las llaves.
4. Extracto 4
Hassan II se refiere a «esa ley sobre ciudadanía y a la ley de extranjería», y explica que en este punto no advierte diferencias entre la política de Felipe González y la aplicada por Adolfo Suárez. No hay duda de que la cuestión delas dos ciudades autónomas españolas en territorio africano será difícil de resolver. No en vano, en 1984 el rey Juan Carlos había confesado a Manglano que había «que empezar a trabajar sobre el asunto de Ceuta y Melilla: esta última no es muy defendible. Hay que preparar para negociar Melilla. Ceuta puede potenciarse al máximo».
5. Extracto 5
Otra de las habituales audiencias en Zarzuela, la del 31 de mayo de 1993, que se prolonga durante dos horas, coincide con el último lunes de campaña electoral. Restan solo seis días para que los españoles acudan a las urnas.
Todo apunta a que ganará Aznar y perderá González. Manglano transcribe la opinión del rey al respecto, entre otros muchos temas, incluidos los familiares: «Le hablo de las consecuencias positivas para la monarquía el que el pueblo español haya tenido conciencia de la dinastía (muerte de don Juan, actitud de la familia, etcétera). La sustitución está muy bien». El jefe del CESID ve que la monarquía restaurada se consolida. En cuanto a la relación de esta con el Gobierno, el rey le hace una confesión:
—Llamaré al partido que haya sacado más escaños, pero prefiero que gane Felipe.
6. Extracto 6
27 enero 1994
La audiencia, que se prolonga hasta pasadas las dos de la tarde, muestra sin tapujos la cercanía del rey al felipismo:
—Llamé a Rafael Vera por teléfono para enviarle un abrazo. A Garzón hay que cogerle por temas judiciales —dice el monarca sobre algo a lo que ya se le había dado varias vueltas, cómo neutralizar al juez de la Audiencia Nacional que investigaba los GAL y los fondos reservados.
A lo largo de la conversación el rey se muestra partidario de que hubieran dado «el indulto a A. y D.», quienes podrían ser los policías Amedo y Domínguez, condenados por su participación en los GAL: «Se les debió dar el indulto hace tiempo. Así nos hubiéramos evitado muchas cosas. Debió hacerlo el presidente del Gobierno. Ardanza dijo que sí ¡y que también indulten a gente de ETA!», asevera el rey.
7. Extracto 7
1994
—Emilio, tengo que contarte algo. Estoy con Fernando Almansa, nos escucha. Verás, me llamó Bárbara Rey y me fui a almorzar con ella…
Son las ocho de la tarde del lunes 4 de julio de 1994 cuando suena el teléfono, y lo que el rey tiene que contarle al director del CESID no le va a gustar nada.
—Tuve algún gesto con ella —continúa don Juan Carlos—. Le toqué el pecho. Esto pasó el 22 de junio. Pues el 1 de julio, el viernes, llamó una persona a Zarzuela y dijo que tiene fotos. Pide 100.000 dólares.
—Es un chantaje —replica Manglano entre la interrogación y la exclamación.
—Parece que es un guardia civil. Ha enviado dos fotos en diapositivas. Se lo vamos a decir al presidente del Gobierno.
8. Extracto 8
8 julio 1994
Los acontecimientos se suceden rápido. A las 08:30 de la mañana del día siguiente, el rey llama al teléfono seguro que Manglano tiene en su domicilio:
—Ayer entregó todo el material. Manolo se ocupa de los aspectos económicos.
Manglano telefonea al jefe de seguridad de la Casa, que confirma lo avanzado por el rey. Después se comunica con Manolo Prado y quedan en verse a las 18:30 horas. El administrador de las cuentas privadas del rey debe informar al jefe de la inteligencia del Estado sobre el acuerdo alcanzado. Así lo hace a la hora pactada:
—Le he dado a Bárbara Rey 25 millones de pesetas. Le daré más, y, por otro lado, tenemos que ocuparnos de su contrato en Televisión Española. No le voy a decir al rey qué cantidad le he dado. ¿Qué te parece, Emilio?
—Me parece correcto, Manolo.
9. Extracto 9
31 de marzo de 1998, sede de Herri Batasuna en la calle Ramiro de Maeztu, de Vitoria. Según la versión oficial, varios técnicos, entre ellos uno de Telefónica, trabajan en el cambio de la centralita cuando descubren unos sospechosos cables que derivan las comunicaciones del partido abertzale al piso de arriba. Esa vivienda había sido comprada por el CESID y desde ella obtuvo valiosa información contra ETA, pero incurriendo en un delito: el espionaje ilegal a un partido político. Hace casi tres años que Manglano ya no está al frente del Centro, pero las escuchas se habían iniciado en su etapa.
Los dirigentes de HB acuden al juzgado y denuncian la intervención de sus comunicaciones. El exdirector del CESID se preocupa, y mucho, pues este asunto puede suponer una condena penal. Cuando aparecen los cables y los micros, hace casi dos años que José María Aznar es presidente del Gobierno, aunque el nuevo Ejecutivo sostiene que desconoce esta operativa. De hecho se ocupan, a través del diario El Mundo, de difundir que «el CESID espiaba a HB en Vitoria sin informar al actual Gobierno». ¿Para qué serviría la información obtenida por los espías si no se la brindan al Gobierno, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado? El CESID investiga e informa a quienes pueden detener comandos de ETA. En principio, los servicios de inteligencia funcionan así, pero el Gabinete de Aznar se desmarca y culpa al pasado.
10. Extracto 10
Sobre la posibilidad del indulto, Manglano habla con Julián García Vargas el 11 de abril. El exministro de Defensa le cuenta que su actual homólogo, Federico Trillo, lo llamó para preguntarle si estaba de acuerdo con la concesión de la medida de gracia. García Vargas le dijo que sí, pero que Trillo no le concretó si iban a concederla.
Ya en febrero de 2004, con el recurso tramitándose en el Tribunal Supremo, Jorge Dezcallar da buenas nuevas a quien había ocupado su cargo:
—Emilio, tienes que estar tranquilo. He hablado con el presidente del Gobierno, y el asunto está controlado a través de dos jueces. Además, el rey ha hablado con el presidente del Tribunal Supremo, y García Vargas ha actuado.
La cosa tiene buena pinta, pero lo mejor estaba por llegar: una llamada de don Juan Carlos que se produce el 23 de marzo. Si alguien le debe algo a Manglano ese es, por encima de todos, el rey de España, al que ha protegido por todos los medios posibles durante tres lustros de su vida. La conversación denota que ya ha hablado con Francisco José Hernando, presidente del Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, es decir, la primera autoridad judicial del Estado.
—Emilio, tengo muy buenas impresiones sobre el fallo del Tribunal Supremo. Os van a absolver. Solo condenarán al guardia civil que hizo las escuchas.
Dos días después Manglano recibe una llamada idéntica de Dezcallar:
—Hernando me ha dicho que tiene buenas impresiones sobre el fallo.
Hay más. Su abogado, el penalista Luis Rodríguez Ramos, ha hablado «con un magistrado del Supremo y le ha dicho que el fallo es positivo». Y más. Gustavo Suárez Pertierra, que se muestra muy seguro y preciso en una conversación que se produce el 1 de abril:
—Emilio, he estado con Javier Trueba. Absueltos los dos, Calderón y tú, y condenado el guardia civil. Hay voto particular de Perfecto Andrés y la sentencia no se hará pública hasta la semana siguiente a Semana Santa.